sábado, septiembre 25, 2010

¡HOY VOY A UNA BODA! FELICIDADES MARCELA Y GABRIEL




Hace varios años que nadie conocido se atreve a casarse "así como Dios manda", por lo que ya es mucho el tiempo en que no asisto a una boda, cosa que de verdad me encanta... mientras no sea yo la novia... la verdad nada tengo

contra el matrimonio, de hecho yo soy casada, nunca lo planifiqué así pero estoy casada, nunca soñé con una boda, no porque sea algo terrible ni malo ni fome ni nada simplemente de chica no estuvo dentro de mis sueños ni mis planes (al que me conozca bien, que no son muchos/as sabrá que de pequeña me idealicé en una onda Indiana Jones, o actuando o viajando más que el mismisimo Anthony no recuerdo el apellido pero es ese chef largo, canoso y estupendísimo del programa "Sin reservas", posteriormente soñaba lo mismo pero rodeada de un montón de chiquillos/as hijos/as míos/as, pero nunca me preocupé que debían tener padre), aunque como cualquier ser humano que respira tuve mi época en que escuchaba canciones mamonas y me dió por ser romántica, no fue permanente, pero con todos esos antecedentes agrios de mi personalidad independiente (como las baratas) siempre he creído que el amor es esa fuerza maravillosa que mueve al mundo, por lo que (y volvimos al tema central) las bodas me emocionan, son lindas, se pasa bien, son romance y poesía en movimiento y de paso son un sacramento (si estoy mal, no me enojo si me corrijes), porque para casarse sobre todo por la iglesia (cosa que nunca he hecho, además mi marido dice que es agnóstico gracias a Dios) hay que estar muy enamorados, muy conciente y comprometidos uno con el otro y con sus sentimientos (ya se que he dicho mil veces que también para convivir sin libreta hay que estarlo pero hoy estoy revisando esta opción), es una situación sumamente romántica y por eso de verdad hoy estoy realmente feliz porque mi amiga Marcela se casa, y con un buen hombre como Gabriel, porque hoy unirán sus vidas y desde hoy comienza la novela: porque estar casados es tan de lindo como de fome, recuerden que se adquieren un millón de responsabilidades (si sé que lo mismo que al convivir) pero eso no le quita que cuando hay amor... todo se vuelve más grato...¡uy que lindo es el amor! además me alegra un montón que no sea epidemia esto de mi falta de romanticismo, porque, en serio que eso te vuelve la vida más fácil... porque no hay mejor sensación que esa cuando se cruzan las miradas entre tú y la persona que quieres y... las mariposas en la guata no dejan de revolotear, cuando estas entre mucha bulla pero escuchas a lo lejos y sin problemas la voz cantarina del ser amado (no como yo que soy sorda de un oido... y desde siempre sólo que hace poco se dieron cuenta), ¡uy esos maravillosos detalles, miradas, palabras y hasta los errores de nervios!... dime si hay algo más tierno que un primer beso justo a la hora del crepúsculo en una playa y escuchando una canción lenta (de esas mamonas en el idioma que sea) que escuchas quizás por primera vez...y no me digas que eso no es común! bueno o el primer beso en esa fiesta especial o por accidente o como sea... imaginate que en la vida es como el producto de todos esos lindos momentos para dar inicio a una vida juntos... por eso mi querida Marcelita estoy feliz por tí, sé que te verás hermosa porque eres hermosa, sé que será una gran ceremonia y una fiesta linda lindísima, sé que todos/as y c/u de los/as asistentes compartiremos tu felicidad y deseamos que esta sea perenne, lo único que no sé amiga mía es que diablos me voy a poner hoy... comprendanme he tenido una semana horrorosa de pega, hoy es sábado son pasadas las 2 p.m. y acabo de finalizar el laburo... por hoy...

viernes, septiembre 24, 2010

LA EDAD: UN ESTADO MENTAL




Para nadie es un secreto que en esta época la juventud está durando más que en la de nuestros padres o nuestros abuelos... quienes al casarse (y muy jóvenes) la perdían en un acto instantaneo al decir "sí, acepto", y yo creo que es porque ellos y ellas se asumían viejos, adultos, graves, mi caso es aún más extremo: tengo la sensación que de chica fui medio (¿medio?) tonta grave y a medida que fui creciendo me fui volviendo más y más inmadura (con todas sus letras), pero a la vez más sabia, tanto así que creo que la mejor edad para ser adolescente es después de los 35 años: tienes la libertad y el financiamiento para hacer esas locuras que de "teenager" te encantaban, eso incluido que a esta edad la mayoría ya nos hemos sacudido el complejo de culpa con que nos han criado... no sería genial con la experiencia que ya tenemos, la libertad que poseemos y el sueldo que ya no es mesada, pudieramos tener el tiempo (las horas que ya nos faltan en el día) para "adolescentear", para pololear con nuestras parejas, para revivir esas maravillosas sensaciones de "mariposas en la guata", para bailar en la fiesta hasta caer rendida y tantas miles de cosas entretenidas, pero sin las limitaciones y complicaciones de la adolescencia: los imprudentes cambios hormonales que nos ponen practicamente bipolares e insoportables, las espinillas (¡guacatela!), la falta de experiencia que nos hacía complicarnos y/o amargarnos la existencia por detalles insignificantes, el miedo a la culpa, eso sin contar con las restrucciones de horario y de plata... en realidad aunque tuve una adolescencia muy linda, también me enojé mil veces por cosas que no tenían razón de enojarme, reaccioné mal cuando debía reaccionar bien, me sentí culpable de cosas que no me di la libertad de hacer y que hoy me doy cuenta nada malo tenían, me convencí a mi misma que era físicamente un mounstruo gigante, de espalda enjuta y caderas de vaca, color sepia y con cara de zombi, y me sentí así por muchos miles de años, ahora que veo las fotos me doy cuenta que estaba lejos de ser la Miss Chile pero tenía un aspecto agradable que no quitaba el hipo ni daba susto, por lo que puedo inferir que con esa facha pasada y con la seguridad que poseo hoy en día...¡hubiera matado! jajajajajajajaja... y es así y con la libertad de pensar y actuar que me fui permitiendo que hoy en día me siento una adolescente de treintitantos, aún la formalidad y el protocolo me incomodan, aún hago gala de una espontaneidad muy cómica, aún me apasionan ciertos ideales y... aún no entiendo la política ni la quiero entender... justo ahora estoy presionada por todos lados, quizás a punto de un infarto (y no es chiste) pero me sigue reconfortando el alma una puesta de sol, un beso entre los protagonistas de mi serie favorita, un buen chiste, un abrazo de mi hijo y el olor a pasto recién cortado o el del mar (de la playa Bellavista) por las mañanas, aún me siento protegida en los brazos de mi madre y aún lloró la ausencia de mi padre (es inevitable) aunque ya se van a cumplir 18 años de su partida... aún me encanta ver los dibujos animados tanto como un buen documental... C'est la vie!
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