POR SALUD MENTAL, ACLARAR...

Hoy conversando con una amiga, me doy cuenta de como nos juzgan por prejuicios y ante eso, algo molesta algo burlesca, quiero aclarar ciertas cosas:

• No soy ni la primera ni la última mujer separada que se hace cargo de la crianza de su hijo, lo que en NINGÚN caso significa que le esté buscando o necesitando de un padre para él, porque:
• La dulce criatura tiene un padre, que ve fin de semana por medio pero es lo que le tocó, a falta de eso, tiene, y lo digo sin falsa humildad: tremenda madre que ha cumplido mejor el oficio y labor de padre que el de madre, que sabe desde pelotear, hasta hablar temas peliagudos si se necesita, que es seca como supervisora de tareas y trabajos del colegio, que es partner, guía y apoyo, y que hasta le ha enseñado a pelear a puñetazo limpio...
• Si, me siento orgullosa de lo buen padre que soy (desde el punto de vista de lo socialmente buscado) pero también humildemente reconozco ser una madre (desde el mismo punto de vista) aún en formación y, es en eso que recurro y cuento con el eficaz apoyo de mi madre (quien vivió una situación similar a la mía en algún momento).
• No quiero que mi hijo conozca a ningún prete, pinche o pololi porque NO me interesa involucrarlo, NO quiero que se encariñe con nadie, ni que nadie le diga lo que puede o no hacer, para eso me tiene a mí y no necesita más.
• Estoy estressada? siiiiiiiiiiiiii, no lo niego pero mi cansancio y mi stress no son por mi hijo, él es lo que hace linda mi vida, mi motorcito, mi pollo, mi cable a tierra, mi dosis de cordura.
• Tampoco necesito quien me mantenga, pague mis gustos, me saque de vacaciones ni me compre nada, gracias a Dios tengo un buen trabajo que me encanta porque el contacto con mis estudiantes me refresca el alma, y si no lo tuviera, me las rebusco, me enseñaron de pequeñita a ser agradecida pero a valerme por mí solita, así que NUNCA he buscado al príncipe azul que me rescate del peligro, es más yo he rescatado gente de ese peligro, así que no me vengan a mí con tonteras que aprovechada nunca he sido.

Dicho esto, ofenda a quien ofenda, seguiré insistiendo en que aprendo día a día pero viendo lo sabio, solidario y dulce que es mi pequeño gigante, creo que lo estoy haciendo bastante bien, lo que no quita que deba agradecer el apoyo siempre oportuno y amoroso de mis compadres y mi familia, mientras corro por cumplir en todas mis responsabilidades.