jueves, febrero 05, 2009

EL DIFÍCIL MOMENTO DE DECIR ADIOS...


Mientras vivía una muy (recontra) desgraciada amigdalitis aguda (de esas tan escandalososas, tan con tutti que llegan a avergonzar), que al final es como decir "cuando menos te lo esperas", me avisan que mi vecina Celia había fallecido, fue una rara mezcla de sensaciones y recuerdos, una nostalgia, una pena fuerte pero a la vez un alivio porque no seguiría sufriendo... es que la vecina Celia era super especial, porfiada como ella sola nunca usaba su audífono (y desde que recuerdo era sorda) pero era amiga de todo el barrio, conocía las fechas más importantes de cada familia y el nombre de cada cría que nació en ese pasaje, la vecina Celia era la tía de tod@s, siempre generosa, super buena...cuando llegamos a ese barrio en el año 1980 yo era muy chica, por eso me impactó tanto ver a esta vecina con turbante, me daba la idea de diva hollywoodense de la época dorada, porque la vecina Celia era muy guapa, me encantaba su voz fuerte y su acento sureño, daba la sensación que le sobraba cariño para repartir... recuerdo esas discusiones que parecían sacadas de sitcom yankee que tenían con el vecino Carlos, su esposo, en el patio, pucha que peleaban!!! pero todas terminaban en chacota, lo mismo que cuando retaba a Román, su hijo, que se arrancaba por la puerta del patio mientras su mamá en la cocina y su papá desde el patio lo retaban... mi vecinita Celia, muy amiga de mi mamá Olga, siempre estaba contenta aunque tenía mil enfermedades, siempre caminaba rápido... y no pude ir a despedirme... linda mi vecinita Celia, ya debe estar en el cielo, sanita y sin sordera compartiendo con mi mamá Olga... Y ahora estando en la oficina, hace poco rato el hijo del portero de la tarde, nos viene a avisar que su papá, Carlitos Cabrera, anoche mientras dormía sufrió un infarto lo que provocó un derrame cerebral... no me pregunten yo de anatomía y medicina entiendo lo mismo que de chino mandarín, la cosa es que sólo están esperando... y me dio tanta pena, es nuestro Carlitos, el que cuando llega cada tarde pasa saludando oficina por oficina, el mismo con el que comentamos los últimos acontecimientos nacionales o internacionales, tan tierno, tan buen compañero, el mismo que quería ir al festival (de Iquique) este año a ver a "La Noche"... y me da lata, me carga pensar que gente así, buena, generosa, querida como mi vecinita Celia y don Carlitos se nos vayan, me descompone saber que mientras gente útil, buena como ellos ya no va a estar, siguen proliferando como Gremlins (de la película de los monos esos q si se les echaba agua después de media noche se multiplicaban...) tanto drogadicto de mierda, delincuentes, criminales y otros seres de baja calaña que se dedican a hacer amarga la existencia ajena... me da rabia!!... pero luego pienso en la reencarnación, en el destino... y sé que por algo ocurren las cosas, la explñicación estoy lejos de tenerla pero existe... Adios vecinita Celia, siempre estarás en nuestros corazones!!!...
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