CANCIONES QUE RECUERDAN HISTORIAS 2ª PARTE

Estoy en una oficina, como todas las de la dirección donde laboro: hórrida y atorrante pero... la cosa es que acá no pescan celulares ni la mitad de las emisoras radiales... así que me bato entre escuchar una radio evangélica que a través de sus voces me intenta convencer qué tan errada estoy en la vida y otras con canciones añejitas... derrepente entre pega, locura y todo para ayer, sazonado con una tos seca que me ahoga y un dolor que me recorre de la uña del dedo chico del pie izquierdo, pasando por toda mi rubensiana anatomia hasta llegar a las ya blondas puntas de mi nada natural cabello... cuando entre todo eso surge una canción... "era en Abril" de Juan Carlos Baglieto (creo q se llamaba), oh que placer: por un segundo me transporté al verano del '82, yo con mi prima Cape jugando en la "piurita" (así según ella se llamaba la posita frente al block A-2, nunca supe si era así o no) en el barrio El Morro (sector de la remodelación), época en que esa canción estaba de moda y nosotras la cantabamos sin comprender bien su triste letra pero cachabamos en nuestra infantil inocencia que se trataba de una situación trágica, lo que era normal en esa época: somos una generación, pienso yo, planificada para sufrir, sentirnos culpables y aspirar a la constante catarsis, piensenlo: todos los dibujos animados contaban historias de niños sufridos, huerfanit@s, carentes de afecto, maltratados, padres ausentes, niños trabajadores: Remi, Candy candy, corazón, Marco, Heidi, Angel la niña de las flores y un sin fin de otras series japonesas de monos, las novelas eran pa sufrirlas: La Madrastra, La Torre 10, La colorina, Ronda de piedra... entonces quien más sufría era el más bakán... me reservaré lo que creo que son las razones de tamaña lesera... por ahora, la cosa es que esta canción me transportó en y por segundos a esos maravillosos lugares de los veranos de mi infancia, con mi prima, corriendo cual cabras de monte de roca en roca, sin jamás perder el equilibrio ni caernos, se me vino la mente el bendito olor, único que tiene la playa bellavista, los juegos, los amigos de la época (algunos los tengo en facebook), y tanta alegría... ni con todos los monos, las series y la invasión de tristeza que recibíamos por los medios de comunicación de masas, que debían enseñarnos y entretenernos, no bajonearnos, nada de eso logró quitarle el sabor, el gusto, la felicidad y lo hermoso de mis veranos de infancia, con mi prima que era mi compinche y cómplice en esa época... dejandonos de lado la cosa nostálgica y hasta poética de los recuerdos: éramos más malas (traviesas)!!!! eso también lo recuerdo claramente jajajajajajaja