jueves, marzo 15, 2007

DEMASIADA MALDAD (¿QUE HAREMOS CON LOS PEDÓFILOS?)

Nunca me dajará de intrigar la capacidad, patas o descaro de algun@s abogad@s para menospreciar y menoscabar "como si nada" otras profesiones... ¿qué les da derecho? por favor... porque algunos ganan más?... me molesta de forma irritante que personas que en algún momento creí inteligentes caigan en esa taradez, ignorancia, desconsideración, imbecilidad y/o soberbia pero ayer, vimos como el abogado de Jorge Tocornal (acusado de violar a sus hijitos), Hermosilla vapuleó, desdeñó, desestimó, mira "como las verijas" la labor, exámenes e interpretación que hizo la Psicóloga que entrevistó a los niñitos Tocornal... se cayó del pedestal: ¿que profesional cuerdo va a comparar la psicología con una ciencia exacta? tod@s los que trabajamos y intentamos mantenernos actualizados en las ciencias sociales, hace rato que no intentamos parecernos a las matemáticas (u otra ciencia exacta) ya que en sí no sirven para lo que hacemos ni nos otorgan las garantías y facilidades de trabajar con, por y para las personas, que nuestras formas fenomenológicas (hay más) de hacer y hacer BIEN nuestra pega... me quedó claro que Hermosilla se defiende como gato de espaldas, que no se hizo asesorar por un profesional del área (yo no soy Psicóloga pero como pertenezco a una carrera del área de las ciencias sociales, puedo emitir una opinión válida aquí), está atemporal, anticuado ni idea tiene de lo que habló... por lo que, no sólo irrita, molesta, duele la pedofilia, como agravante tenemos a este abogado ignorante que se da el lujo de menospreciar otras profesiones... ¡¿con qué ropa Hermosilla?! ¡pastelero a tus pasteles!; a continuación más antecedentes de este horror:

14 de Noviembre del 2006 Quién no tiene defectos... por Artemio Lupín “Jorge Tocornal tiene una particularidad, es de una corrección extrema, 17 años empleado bancario, interrumpida bruscamente su carrera en el banco, hoy día se encuentra sin trabajo, nadie lo contrata, ha sido un hombre preocupado de sus niños...” (Del testimonio de la defensa del acusado) Síntomas alarmantes de que “algo huele mal en Dinamarca”.
A saber: uno de los 16 nietos del pastor evangélico Javier “Papito” Vásquez, pope de la Iglesia Metodista Pentecostal, golpea hasta dar muerte con un bate de aluminio al ciclista Alejandro Inostroza en una riña en la plaza Pedro de Valdivia en Providencia, el 28 de octubre pasado. Aaron Vásquez confirma su participación en los hechos aduciendo que estaba bajo la influencia del alcohol (¿está preso aún este pastel de caca? mmm averigüen).
A saber: el ex ejecutivo bancario Jorge Tocornal Babra es condenado a once años de prisión sin beneficios por haber violado a su hijo mayor de once años y haber sometido a diverso tipo de abusos sexuales a su otro hijo, de seis años de edad (que cresta tenía en la cabeza este jetón?!).
A saber: La jueza del 32º Juzgado del Crimen de Santiago, Blanca Rojas, ordena el procesamiento de José María Balmaceda Montero, director del Patronato Nacional de la Infancia (PNI), entidad de beneficencia, por el delito de apropiación indebida, ocasionando un perjuicio económico a la institución a su cargo de alrededor de 343 millones de pesos (¡Y justo en vísperas de la Teletón, cuando el sentimiento de caridad del chileno es nuevamente puesto a prueba!). (Y nos jactabamos de ser uno de los países con menos corrupción del mundo... cómo estarán los otros?)
A saber: Un hombre se quita la vida colgándose de la baranda del séptimo piso de un edificio ubicado en la calle La Concepción, en Providencia, y los peatones –repitiendo un gesto que ya se había producido antes con un caso similar- echan mano a sus celulares y proceden a inmortalizar la escena, cuando no se hacen retratar por algún amigo u ocasional fotógrafo contra este fondo macabro que tanto excita su morbo (estos morbosos de mierda está claro que la cabeza la tienen llena de guano, que los valores se les fueron por el caño y que el corazón... es otro pedazo de plasta). Luego se sabe que se trata de un arquitecto, de “muy buena familia” y, en consecuencia, buena situación económica, que se suicida desesperado ante un cáncer terminal.
A saber: El caso Chiledeportes y toda la comedia de equivocaciones que a partir de él se ha suscitado. Un “operador político” que sale desde los tribunales cubriéndose el rostro con un gorro de lana y luego, ante el acoso, termina reconociendo que metió la pata, pero que fundamentalmente actuó de buena fe y como militante comprometido del PPD. Partido que debe estar viviendo sus más bajos niveles de popularidad y sus más altos niveles de vergüenza. Y no necesito ni un sondeo Adimark ni uno del CEP para afirmarlo. Me bastan las autoincriminatorias declaraciones del senador Guido Girardi, quien declaró algo así como “si vamos a investigar, investiguemos a todos los partidos políticos”. Lo que en buen romance viene a significar algo así como “¿porqué me cargan a mí con algo que hacen todos...?” (linda justificación: si el otro roba ¿porque yo no? hay que ser muy mediocre como ser humano pa salir con una frasesita así).
A saber: Una encuesta revela que los padres chilenos siguen confiando, en forma mayoritaria, en el infalible método del cachuchazo bien dado o el mechoneo para educar a sus hijos. Ya se sabe, “la letra con sangre entra” (nunca me pegaron y aunque no soy un ser dechado de virtudes... criminal ni delincuente nunca he sido) y después de haber sido moldeados bajo una dictadura, el valor empírico de dicho aserto para muchos tiene un sustento mucho más que comprobado.
A saber: el señor Melnick (Sergio) pregona moralidad desde la tribuna de “Tolerancia Cero”, mientras se repantiga sobre un cómodo sillón. Parece un rabino entusiasta que nos recuerda el infierno que nos aguarda si seguimos por este camino de corrupción y libertinaje, mientras pontifica sobre la falta de liderazgo de Michelle Bachelet. Es una suerte de cristiano nacido de nuevo, como Bush. Y en su caso, vaya que sí lo es, porque el hombre se salvó nada menos que de la caída de un helicóptero (este viejo sí que tiene cueva!) y después surgió como una especie de Mesías circunciso para pregonar las bondades del libre mercado. Bondades que, como se sabe, deben ir siempre acompañadas de un buen maridaje con el Estado para combinar sabiamente las ventajas que da algún puesto público –en su caso, en Odeplan- para ir echando las bases de una fortuna privada (mmm era lógico). A saber: Se cae a un río en Cañete, Octava Región, un bus con los integrantes de una banda instrumental del Ejército. Fallecen 19 personas, el 90% de ellos por inmersión (que muerte más horrible!) . Gran conmoción, como es de imaginar, por la pérdida de vidas humanas de los uniformados y civiles implicados en la tragedia. Pero, en medio del dolor, no faltan los familiares que, indignados, intentan aprovechar la exposición mediática que estos sucesos generan para buscar las negligencias culpables en un hecho que, al parecer y por lo que se sabe hasta el momento, sólo puede ser calificado como accidental. ¿Apetitos que se despiertan, quizás, en busca de una indemnización generosa (que charcha! querer hacerse de plata con la desgracia!) como las que contribuyeron a silenciar de plano el reclamo por hechos anteriores, donde sí hubo clara negligencia institucional, como fueron los de Antuco o la Antártida? De estos ocho fragmentos de la crónica policial y política que conforman el cotidiano de nuestros días, el hecho que, sin duda, personalmente más me ha impresionado es el primero. Por la violencia gratuita y absurda que deja en evidencia. Según lo que se ha sabido, el nieto del pastor le pidió un cigarrillo a uno de los acompañantes del joven Inostroza, diseñador gráfico y experto en mountain bike. La negativa provocó una pelea generalizada entre dos grupos, que culminó con Aarón Vásquez –un muchacho con promedio nota 6 en su colegio y recién cumplidos 18 años- golpeando en el suelo con un bate de béisbol, en forma inmisericorde (come santos y caga diables) , a Inostroza. ¿Qué hace que un joven, que a juzgar por las primeras evidencias no tiene ningún rasgo sicopático, actúe como un monstruo y se transforme en un asesino despiadado? ¿Qué sociedad hemos construido para que un chico recién salido del cascarón o cualquiera de nosotros se transfigure ante la menor provocación –un rayón en el auto, una mirada un poco más fuerte que lo normal o una palabrota- para sacar al mister Hyde que llevamos adentro y no calmarse hasta no ver sangre corriendo por el suelo? Durante muchos años la violencia en este país estuvo sólo asociada, por el abrumador peso de la misma, a la violencia política con un Estado que tenía el monopolio del horror. Por eso es que nos resulta difícil creer, por ejemplo, que en el caso de la muerte del pequeño Rodrigo Anfruns no estuvieran involucrados los “conocidos de siempre”. Pero una vez que vino el armisticio de los 90, aparecieron con fuerza otras formas de violencia soterradas pero siempre existentes: la violencia familiar, la violencia en el fútbol, la violencia de las pulsiones más primarias e incontrolables que aflora tanto en el estadio como en el descontrol para afrontar una discusión doméstica. Tenemos que hacernos cargo de ella. Cuestionarnos una vez más si está bien que nuestros hijos se críen presionando los controles del Mortal Combat o el Killer Instinct y nosotros los contemplemos con paciente y amable aquiescencia, como si estuvieran coleccionando estampillas o jugando al ludo. Recuerdo que tiempo atrás el hijo de un ex director de Fonasa y miembro de la Nomenklatura de la Concertación, Alvaro Erazo, se vio envuelto en un incidente parecido –una pelea callejera de pandillas de amigos, que finalizó con golpes a mansalva-, aunque tuvo la buena suerte de que el joven agredido, pese a sufrir también un profundo TEC, libró con vida del embrollo. Una reflexión final: ¿Será pura coincidencia la proliferación de Balmacedas o Tocornales adornando con sus patricios apellidos las páginas de la crónica roja? ¿O están saliendo a la luz cosas que antes no salían? Si es así, bienvenida la nueva reforma procesal penal, que al menos en términos de transparencia demuestra que las cosas se están haciendo mejor. Y si tienen dudas al respecto les recomiendo leer el fallo del Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, que condenó a Jorge Tocornal Babra. Es una pequeña novela que ya hubieran querido escribir Balzac o Zola, dos grandes críticos de las costumbres de su época. De ese fallo les he seleccionado, mis queridos y fieles lectores, un pequeño párrafo imperdible, aquel que resume el quinto argumento de la defensa de Tocornal, que por otra parte ya ha pedido la nulidad del juicio, única forma de librar a su cliente de la cárcel. Disfruten el párrafo, no tiene desperdicio y a mí, en lo personal, me dio el título (ver la frase final) de esta humilde columna: “... Jorge Tocornal es un hombre normal, común y corriente, buen padre de familia, estructuró su vida y luchó por ver a sus hijos, tuvo que demandar las visitas, las que obtuvo con costas en perjuicio de la parte querellante, no es cierto que no existe una motivación, la madre quiere que se aleje al padre de la familia, lo dice la carpeta de Fiscal, de la vida de los niños, ella contrae nuevo matrimonio y los niños le dicen papá Juampi al segundo marido, hay motivación; Jorge Tocornal tiene una particularidad, es de una corrección extrema, 17 años empleado bancario, interrumpida bruscamente su carrera en el banco, hoy día se encuentra sin trabajo, nadie lo contrata, ha sido un hombre preocupado de sus niños, de ordenar su vida en torno a ellos, nunca estuvo solo en su departamento siempre estuvo presente una nana cuando estaban los niños ahí, es un hombre decente, psicológicamente sano, tiene una vida sexual común y corriente, nunca ha tenido un comportamiento perverso, no ha experimentado y no ha tenido tendencias homosexuales, van a escuchar a las dos últimas pololas del señor Tocornal, dispuestas a narrar su propia intimidad y contar cómo era la vida sexual del señor Tocornal, no existe ese perfil de derecho penal de autor, por ejemplo que es narcisismo, éste, en el señor Tocornal, es porque le gusta hacer deportes e ir al gimnasio y desde ahí se construye el argumento que permite sostener esta acusación no tiene el perfil descrito por la Fiscalía que constituye el argumento de la acusación, en consecuencia, el perfil psicológico de la Fiscalía es una debilidad probatoria, la incapacidad de probar directamente las imputaciones, por eso él declarará en el juicio, pero no es eso el objeto del juicio, éste es si violó o no a su hijo Jorgito, si lo penetró o no, por más que él sea muchas cosas, quién no tiene defectos...” (que cantidad de imbecilidades!)



Carolina Pesce ventiló supuesto calvario durante matrimonio con Jorge Tocornal "Mi hijo mayor ha dicho que prefiere morir antes que ver a su padre" Partió Juicio Oral contra ejecutivo bancario acusado de abusar de sus propios niños. Defensa del imputado asegura que fiscal no tiene pruebas en su contraManuel Vega O
DESGARRADOR RELATO: Con el corazón destrozado por el drama de sus hijos, Carolina Pesce contó las pellejerías de su matrimonio. La joven obtuvo la nulidad eclesiástica el 2003, luego de que el siquiatra nombrado por el tribunal clerical declaró que su ex tiene una personalidad voyerista y narcisista, por lo que no sirve para marido, según la Iglesia Católica.
(Foto: Víctor Belmar B)
SE LE VIO AFECTADO: Durante la declaración de su ex mujer a Jorge Tocornal se le vio tomar algunas notas y derramar más de una lágrima. En el juicio de tres semanas declararán 50 testigos.
Con la cruda declaración de Carolina Pesce (36), ex esposa del ejecutivo bancario Jorge Alberto Tocornal, se inició ayer en el Tercer Tribunal Oral en lo Penal un segundo juicio contra el acusado de presunta violación impropia y abusos sexuales en contra de sus hijos de 11 y 6 años. La denuncia fue presentada por la mujer en diciembre de 2005.
En una sentencia anterior pronunciada el 4 de noviembre, Tocornal fue condenado a 11 años de presidio, pero el fallo fue anulado el 17 de enero por la Segunda Sala de la Corte Suprema, que estimó equivocada y trucha la ponderación de las pruebas.
Al reanudarse desde cero los alegatos, la defensa del imputado, encabezada por el abogado Luis Hermosilla, desestimó las pruebas presentadas por el fiscal Ricardo Gertosio y el abogado querellante Cristian Muga.
"Tocornal es inocente. Los hechos relatados por los fiscales nunca ocurrieron en realidad. No podrán comprobar sus afirmaciones. En este caso no hay sangre, no hay semen, no hay evidencia material. Ellos sólo tienen palabras, sólo palabras, y los testimonios de peritos de dudosa calidad", enfatizó Hermosilla (de dudosa calidad?!).
Según el abogado, los niños han visto mucha tele. "El problema que tienen es de imaginación", y están "severamente dañados y multidiagnosticados" (ya?!).
En su relación, entrecortada por sus sollozos, Carolina Pesce relató que el hombre que conoció en 1990, que la regaloneaba con flores y la llevaba a comer choclos con mantequilla al Club de Golf, se transformó, tras el matrimonio, en un témpano de hielo, en un desconocido.
Sin pelos en la lengua dijo que la primera noche de su luna de miel la pasó en ayunas y que cuando amaneció cachó que su marido estaba viendo una carrera de autos en la tele. Lo que tenía que pasar pasó sólo al tercer día, en Jamaica. Luego la pareja se fue a Disney, donde la mujer dice que pasaron otros 15 días de indiferencia.
"¡Tú sabes, Jorge, que me casé virgen!", le gritó la joven a Tocornal, quien bajó la cabeza.
"Le tenía mucho miedo. No hizo nunca vida familiar. Almorzaba solo en su escritorio y se encerraba con llave hasta una hora en el baño para peinarse y encremarse las manos. Frente a mis amigas o a mi familia me ninguneaba" (pastel el weón! eso es violencia psicológica!), dijo la madre de los presuntos abusados.
FUERTE. "Yo también fui víctima de violación de él... Se me acercaba cuando quería y una vez que satisfacía sus necesidades carnales se lavaba las manos y se iba. Yo me sentí igual que un perro", añadió.
Según Carolina, Tocornal es un hombre sin corazón, para quien era más importante limpiar su colección de armas o inscribir en el Kennel Club a sus cachorros de raza que preocuparse de sus niños. "Mi hijo mayor me ha dicho que prefiere morir antes de volver a ver a su padre y que no quiere volver a pisar el tribunal porque le tiene miedo al martillo", declaró la ex del imputado.
Sobre los abusos, recordó con indecible angustia cuando su hijo le narró cómo con su hermano eran abusados mientras que el presunto violador los alumbraba con una linterna "para ver, según él, cómo estaban sus riñones".
Durante la tarde declaró Angélica Gajardo, la nana de los niños, quien fue la primera persona en recibir sus confidencias y que alertó a su madre. La mujer reiteró sus dichos.
Extraído de http://www.lacuarta.cl/diario/2007/03/13/13.06.4a.CRO.mihijo.html
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