HAPPY BIRTHDAY IQUE IQUE
Navegando por internet (que cursilería decirlo así) me encontré con "Dragón Cultural", lo leí y me gustó mucho, y como estoy en onda celebración, extraje (porque me encanta como escribe) algo de Don Alberto Carrizo, que quiero compartir con ustedes:
NOVIEMBRE Y EL LONGINO RECUERDO
Por Alberto CarrizoEscritor, poeta y ensayista. Presidente de la Sociedad Chilena de Escritores, Filial Iquique.
Son muchos los años y las palabras en toda circunstancia. Escrita o hablada, en que me he referido a la necesidad de celebrar como cumpleaños de Iquique, el 21 de mayo, que contiene un elemento emocional galvanizador para los chilenos: la gesta de Prat y sus hombres, en un momento crítico de la vida de tres pueblos hermanos; es cierto que noviembre es, también, fecha historiada por un acto administrativo de gran validez. Sin embargo, aún no consigue provocar el multitudinario vocerío, la aceleración de latido que provocan los sones de mayo, el desfile con un remolino en el corazón de nuestros pequeños hijos y nietos. Por ello y por hacer coincidir los hitos históricos de las otras ciudades nortinas nuestras, seguiré insistiendo, como muchos, en que-luego de consultas y acuerdos pertinentes-, se reconozca el hecho capital del gran día en que Iquique, sale a las calles, camina todas la avenidas, se sube a cientos de embarcaciones para esperar en alta mar el minuto revelador y eterno en la memoria, de las 12:10 del meridiano.
Sin embargo, noviembre contiene otro componente del ethos que no podemos eludir, porque expresa el otro ser interior colectivo y también habitante del pretérito, que se torna presente rememorativo, cuando asciende el cerrerío de Iquique un antiguo “longino” que busca, en un fin de semana traqueteando familias hasta la tercera generación, aquel rastro pampino de un mundo ido, hoy convertido, ya en patrimonio universal; quizás sea la mitificación necesaria de un modo de vida que fue áspero de soles sin ocasos, de tres turnos de vida continua para sobrevivir, de calaminas y tierra chusca para afirmar el calendario vital. Y de pronto, se entreabre-otra vez-el pasado que contiene aún rostros de miles de seres que fundaron el horizonte y su estallido en medio del desierto, para asombrar al mundo iniciante de siglo veinte con sus heroicas marchas tras días más dignos como criaturas, que golpearon las puertas del congreso para el nacimiento de leyes augúrales, que fueron arduos y fuertes cosechadores del salitre convertido en nuevo tesoro nacional desembarcado en cientos de puertos extranjeros y que un día sin aviso, todo, todo, fue desarmar ese universo, todo fue de diáspora obligada, para regresar a los valles o quedarse en el puerto donde habían logrado fundar diarios y revistas e incluso una Filarmónica. Y se trajeron el habla especial, el logos pampino, que sobrevive hasta estos días. Por eso, noviembre, también nos pertenece, como hebra interminable de nuestro suceder. Y porque sigue en pie ese longino mental.
Ique ique, Iquique, se nos asoma, hoy y especialmente en este noviembre, como gran espejo vitral que funde los espacios, que nos completa en tiempos superpuestos hacia el mundo planetario, con un sello que trae y lleva imágenes que nos pertenecen y nos sobreviven.
VITRAL
Ique ique parpadeante y superpuesto espejismo entre sus sílabas primordiales diviso un chango amaestrando la luna como espinel que de pronto se muta en altísimo dedo habitante cubil de cemento aluminio encumbrando la porfía del primer cielo que fue candil para ese gavioterío amotinado en el palo mayor de los clippers y sus descendientes tragando mecanos tendidos entre gula de roca y agua para llevarse la inmisericorde anchoveta pero hay una recua de carretas que traen noticias de sales lacrimales y bajan túneles de acero como un río seco engrasado en automóviles y hay chimeneas-cuervos olfateando la carne en yesca del desierto y trepo tu rostro cejijunto en piedra de muralla terca y duermo la siesta larga de las dunas pero de improviso un chasqui viene trotando sudor de cobre por la misma calle donde la madera se detendrá para celebrar esponsales con balcones patriarcas de si mismos y sin embargo diviso cicatrices de oleaje seco que ocultan las calzadas después de los presagios temblorosos de tierra hecha madrastra pero hay una paciencia de aguas profundas y todo aunque difuso y mezclado llevado y traído de todos modos deja ver un trajinar de gnomos que catalejo en ojo van dibujando el otro mapa de las nuevas puertas por donde llamar a los cinco firmamentos que aún retienen la imagen de un chango montado en aire-cuero remando y remando mar afuera de su encandilado ansío.
Extraído de http://www.dragoncultural.cl/cultura23.htm
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