EL GUSTO DE LUCIR LAS MALAYAS...

Por fin mis múltiples actividades de noviembre (excelente mes para pitutos) me dejan escribir un poquito: mi marido escuchando música, mi bebé durmiendo... era el momento preciso, así que ahí voy: ¿han visto algo más patético que estar más rolliza que el símbolo de “michelin” y lucir orgullosamente esas carnes con todas sus vueltas y recovecos con un peto? No sé si es como estar orgullosa de no tener autocontrol alimenticio o decirle al mundo “¡¿y, es problema tuyo?!”... yo nací el tristemente célebre año 1.973, me crié en los 80, época donde (más pa’ mal que pa’ bien) vivíamos tapándonos las pifias o imperfecciones de la naturaleza, es por eso que me cuesta entender esta moda, no porque la gente sea más sedentaria y esté más gordita que en la época de los ‘80s, no soy quien, precisamente tengo mis kilillos de sobrepeso y no puedo culpar en todo a mi reciente maternidad y mi SOP (una mala noticia q me dió mi Gine), lo que no puedo entender es ese afán casi obsesivo por lucir con petos muy ajustados y cortitos con pantalones a la cadera, guatitas colgando (candidatas a “estómago-delantal” en un par de años) y multicurvas entre busto y cadera, moviéndose cadenciosamente al calor del medio día en la feria itinerante, la verdad es una sensación de vergüenza ajena, pero como me gusta postular la libertad como estilo de vida... me reservo mi opinión para darla acá en el blog, lo encontré patético y de paso me dí cuenta... cada vez me parezco más a mi vieja.

MI IQUIQUE

¿Han andado en colectivo últimamente?, yo a diario... se pueden dar cuenta cuantos miles de choferes de colectivo no son de acá, es tanta la cantidad que cuando nos encontramos con un coterráneo casi lo abrazamos, lo cuento porque un día veníamos conversando (yo y el conductor del colectivo) de lo sucia que está la ciudad en el sector centro-alto (del submundo de Barros Arana hacia arriba) y ya varios me han salido con la tallita “es que los iquiqueños son sucios”, no te voy a contar las barbaridades que contesto pero, por lógica: si los/as iquiqueños/as no alcanzamos a ser el 30% de la población comunal... ¿quien ensucia?, recuerdo yo cuando era chica (entre los ‘80 y ‘90) que dejábamos las bicicletas en los antejardines, se nos quedaban abiertas las ventanas y... no nos robaban, éramos pocos/as, menos turísticos pero... vivíamos mucho más tranquilos, y con esto no quiero ofender a quienes buscando una mejor vida han venido a formar familias decentes a nuestra tierra, sino a ese porcentaje no despreciable de lumpen que nos hace pasar vergüenza a nivel nacional ¿se acuerdan el año pasado de la joven prostituta que descuartizaron? Salió por varios días en los noticieros donde describían al criminal que la mató como “el descuartizador de Iquique” ¿era de acá? ¡no! Y de paso la pobre niña tampoco, y así cada vez que nos ocurren crímenes de alarma pública fíjense de donde es el autor ¿pero que dicen los noticieros? Nos lo achacan a nosotros/as, si pudiesen ver las estadísticas de los tribunales se darían cuenta de lo que digo y la verdad tanto barro gratuito cansa... además al que no le gusta Iquique: que se vaya a pasar frío (y otras peripecias económicas) a su ciudad de origen porque este terruño ya está sobrepoblado, acá que se queden los decentes, los que vienen con el corazón abierto y en buena onda.