Que Leonardo Farkas se ha vuelto un fenómeno para comentar en todo tipo de programas de tv (y radio, supongo), es un hecho irrefutable, tanto como que cada vez que hace algo por la comunidad, las críticas lo hacen pebre: “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”, “que es de mal gusto tanta ostentación”, “que dona y da mientras está la tele cerca” y cosas por el estilo… pero la realidad es sólo UNA: el hombre DA, y en lo que a mí respecta DA a las obras de beneficencia, por donde y como lo haga es cosa de él, la consecuencia o el resultado es el que interesa, mientras un montón de empresari@s en Chile con tanta, menos o más plata que Farkas, no lo hacen… ¿qué diablos tiene esta raza que nunca se la deja contenta? Ahí es cuando surgen l@s teóric@s del análisis social y con conceptos elevados nos tratan de explicar lo que en buen chileno sería que el mal nacional es la envidia de la que deriva el chaqueteo, mal que padecería el 90% de la población, y es tanta la envidia que, lo podemos ver en la tele o en titulares de diarios, nunca se busca resaltar el lado positivo sino el oscuro, lo negativo de las cosas, un ejemplo es el caso de Farkas en la Teletón o de Nazar, ambos millonarios donaron una millonada de plata a este evento que nos une como país y que va en directo beneficio de l@s niñ@s con discapacidades físicas (espero que nunca más sean llamad@s minusválid@s, porque ese significa “valer menos”)… que dijeron de ellos: bueno de Farkas todo lo que ya sabemos y más, y de Nazar incluso que había amasado fortuna con plata de tráfico… ¡¿a quien le consta?! Personalmente a mí no, sigamos: si se hace conocido y seguido o admirado algún político, artista o lo que sea, que se destaque en su buena facha, inmediatamente lo tildan de homosexual, acto seguido “es que el hermano de mi amigo lo vio, y se le sueltan las trenzas”, “yo supe de buena fuente que se come al fulano”, “la mina es pura pantalla…” y cosas por el estilo… en un país tan largo ¿todos los hombres regios son gays? ¿todos?... ¡eso se llama envidia!, en el caso de las mujeres que llegan a algún cargo de poder (por poco o mucho) que sea y en el medio que sea (hay que hacer la salvedad con las pseudos modelos que avanzan por la vida a costa del sabaneo con el pelotero de turno y el programa de farándula que infla a cualquier chaneca de ese estilo y la trata de volver estrellita, esas se buscan solas las críticas pero en vez de ese, tienen hasta seguidores/as), siempre el comentario va a ser que consiguió llegar ahí no por su preparación académica, no por su experiencia laboral, no por sus capacidades profesionales sino… porque le achacan haber escalado de cama en cama por una larguísima escalera de sábanas, y no faltan los testigos que la vieron saliendo de tal o cual motel con tal o cual “escalón en su carrera a la cima”… y así la lista en casi infinita, si la niña o el niño se destacó por sus logros académicos, era porque copiaba; si la niña es muy bonita, siendo menor de edad, le inventan 2 ó 3 embarazos con los consiguientes abortos al año, de puuuuura envidia, y suma y sigue, a quien se le ocurra tener algún talento o destacarse en algo… lo chaquetean, ahora porqué pasa: hipótesis hay pa’ tirar a la chuña, la mía es más simple: cuando se es mediocre y no hay ganas de esforzarse por ser mejor, tus fuerzas se alinean en la envidia, así de simple, ese es el gran problema… por mi parte, y adornada de mis múltiples defectos, hay algo sí de lo que me puedo sentir orgullosa: falta de belleza, con sus buenos kilos demás, con unas ojeras que parecen de carrete perenne, aún sin capacidad de ahorro, desordenada a morir e irreverente por naturaleza pero feliz, me siento orgullosa de no tener envidia en mi corazón, rencorosa puedo ser (y hasta por ahí), loca, si, sin tacto ni tino, deslenguada pero sin envidia… quizás por eso y aún con tanto problema como cualquier otro ser humano, soy tan feliz… pero igual me amostaza el vicio nacional del chaqueteo!!!
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