jueves, febrero 08, 2007

LA MALDICIÓN DE SER LA MENOR...


En verdad es una maldición ser la (hermana) menor, pueden pasar treintitaños y no dejan de verte como a una niñita chica, oveja negra, irresponsable, incapaz, desmasiado frágil, punto de conflicto, inmadura, una se vuelve el chivo expiatorio (más cuando se es mujer) que de forma casi invisible le da funcionalidad dentro de su Fellininesca (es que en mi caso mi familia parece sacada de una película de Fellini) disfuncionalidad a la familia extendida, en esto de verte bajo esa óptica no hay malas intenciones, por el contrario, la idea es protegerte de tu propia falta de criterio... porque aunque la descripción es muy cruda, la verdad son actos de amor, actos inconcientes que buscan firmemente tu bienestar... el problema es que hagamos lo que hagamos por demostrarle a esas personas que amamos, lo que el resto del mundo hace mucho sabe, y aunque en su infinito cariño intenten verte, tratarte y respetarte como a un/a adulto/a... sigues siendo una personita pequeña y revoltosa que aún está en proceso de cambiar los dientes... el problema es que a veces esa falta de fe -porque como niñita que una aún es a sus ojos- hiere... hace sentir descalificada, después de todo ellos/as han vivido más años que tú y cuando tú vas ellos ya vienen de vuelta... la vida hace rato me enseñó que la relatividad de ese dicho es lo único cierto de él... hoy quise demostrar a mi familia (de gente buena y en extremo generosa) que mis fuertes creencias (en la reencarnación) me hicieron más fuerte para enfrentar, atestiguar y acompañar a mi mamá Olga (que esta semana odiosamente me han recordado que era sólo mi abuelita, para mí nunca dejará de ser mi mamita hermosa que me crió) después de 20 años de su partida, a la última morada de sus restos, porque ella: linda, culta, fuerte, matriarca, hace mucho que está en un mejor lugar o esperando allí su próxima reencarnación, aunque no creo que la necesite para haber ya ascendido... como siempre nadie daba una chaucha por mí, la idea fija de todos es que yo no podría con esto... y gracias a mis creencias -insisto- y a lo que ella misma me enseñó, desde que recuerdo he tenido plena convicción que la reencarnación pronto nos volverá a reunir a todos quienes nos amamos... pero así y todo, no reconocieron el mérito de mi fe ni mis convicciones, le bajaron el perfil porque después de todo yo sólo fuí su nieta... cualquiera de las personas que me conoce hace más de 20 años (Coco, Anita, Beba B., Beba Z., Susana, etc...) podría avalar mis reales sentimientos filiales hacia mi mamá Olga, de hecho me costó muchísimo entender cuando chica que yo no había nacido de ella, porque mi vida giró en torno suyo... o que después que falleció me costó volver a encontrarle sentido a las cosas... insisto, en los sentimientos sobreprotectores hacia la menor siempre hay mucho amor, mal encauzado quizás pero no por eso deja de ser amor, ese amor que yo también les profeso porque no sólo me ofrecí para esa labor por la deuda de gratitud con mi mamá Olga sino también porque no quería que ninguno de ellos reviviera el dolor y la angustia con que quedamos cuando se nos fue, porque aunque ellos aún no lo puedan entender soy muy fuerte y también quiero protegerlos... aunque muchas veces me malentiendan... esa es mi maldición: ser la menor!
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