NI MUERTA DEJAN A PAMELA DESCANSAR...
Continúan los ataques contra liceana
Los padres de Pamela Alvarez Pizarro denunciaron las amenazas que recibía su hija.
Las alumnas del Octavo Año A del colegio Javiera Carrera eran las únicas de ese nivel que estaban ayer en el establecimiento.
"Menos mal que te decidiste a hacerlo tú, porque sino lo hacíamos nosotras". Esta fue una de las amenazas que aparecen en el fotolog creado por las agresoras de la liceana de 13 años de edad, Pamela Pizarro Alvarez. El mensaje fue "posteado" mientras se desarrollaba el velatorio de la escolar en calle Los Chunchos. Así lo denunció su prima, Fabiola Pardo Pizarro, quien cuenta con una copia de algunas de las agresiones que recibía la niña, muchos de los cuales han sido borrados.
Los familiares evalúan la posibilidad de entregar los antecedentes al Ministerio Público para colaborar con la investigación que desarrollan...
Continúan los ataques contra liceana
Los padres de Pamela Alvarez Pizarro denunciaron las amenazas que recibía su hija.
Las alumnas del Octavo Año A del colegio Javiera Carrera eran las únicas de ese nivel que estaban ayer en el establecimiento.
"Menos mal que te decidiste a hacerlo tú, porque sino lo hacíamos nosotras". Esta fue una de las amenazas que aparecen en el fotolog creado por las agresoras de la liceana de 13 años de edad, Pamela Pizarro Alvarez. El mensaje fue "posteado" mientras se desarrollaba el velatorio de la escolar en calle Los Chunchos. Así lo denunció su prima, Fabiola Pardo Pizarro, quien cuenta con una copia de algunas de las agresiones que recibía la niña, muchos de los cuales han sido borrados.
Los familiares evalúan la posibilidad de entregar los antecedentes al Ministerio Público para colaborar con la investigación que desarrollan...
Extraído de http://www.estrellaiquique.cl/
Ministerio Público decreta diligencias para esclarecer muerte alumna de escuela “Javiera Carrera”
En relación a la causa que se investiga por la muerte de la menor Pamela Pizarro Álvarez, la Fiscalía Local de Iquique informó que se está decretando una serie de diligencias para esclarecer las circunstancias en que ocurrió el lamentable hecho.
El fiscal a cargo, Ricardo Thompson, señaló que junto con esperar el respectivo informe de autopsia, que ratifique o no los indicios que conducen a la tesis del suicidio, se está citando a los padres de la menor para que declaren en la Fiscalía y se está solicitando la ficha médica de la niña. Además, no se descarta, si es necesario, la revisión de material escrito que habría recibido la víctima por correo electrónico y que podrían dar cuenta de las circunstancias que rodearon su muerte, o también la citación de otras personas vinculadas a la menor.
Lamentablemente cuando leí esta noticia, no me sorprendí. Siempre pensé que un buen día uno de los tantos escolares abusados diariamente en nuestros colegios iba a quitarse la vida.
Cursé los 12 años de educación básica y media en el mismo colegio “de señoritas” y lo pasé pésimo. En un ambiente siempre tenso, lleno de “pelambres” y “cahuines”, era difícil hacerse verdaderas amigas, pero había que integrarse en uno de los grupitos casi antagonistas que existían a riesgo de ser molestada por “la turba”. Me tocó ver a niñas llorar por papelitos anónimos con amenazas que mágicamente aparecían en los estuches, o ver “vacas” para comprarle chocolates a la gordita que con sacrificio y dietas había bajado algunos kilos. Incluso fui testigo sin quererlo de llamadas telefónicas llenas de insultos y garabatos a la casa de otra compañera que tuvo la mala suerte de fijarse en el mismo chiquillo que una de las “matonas populares”. Por supuesto, cero golpes, sólo “violencia sicológica”.
Cualquiera que osara ser distinta, ya sea por matea, bonita, gordita, muy alta, más morena o lo que fuera, era potencial víctima de acosos nacidos de la nada, e indefinidos. Por ejemplo las llamadas a toda hora a la casa de aquella niña duraron fácil 3 ó 4 meses, y los papás se vieron obligados a cambiar el número, a pesar de que al final todos sabíamos quiénes eran las responsables.
Lo triste es que el costo de denunciar estas agresiones es muy alto, ya que al estar de acuerdo los acosadores, cuando los padres, profesores o autoridades del colegio hacen esas siempre superficiales averiguaciones, nadie mata una mosca. Pero apenas “los adultos” desaparecen, el hostigamiento recrudece y con mayor fuerza. Según el portal de La Estrella de Iquique la directora del establecimiento de Pamela había quedado en expulsar a las agresoras, cosa que nunca se llevó a cabo.
Lo triste es que, colgándome de las palabras de Claudia Arroyo respecto al tema, el matonaje o “bullying” ya comenzó a ser estudiado en los ’70 –pudiendo haber comenzado mucho antes- y todavía no hay medidas estandarizadas para evitar o controlar este mal. ¿Hasta cuando irá a verse el hostigamiento escolar como “cosas de niños” y haremos algo al respecto? ¿Acaso hasta que el suicidio de Pamela Pizarro ya no sea un hecho aislado...?
Cursé los 12 años de educación básica y media en el mismo colegio “de señoritas” y lo pasé pésimo. En un ambiente siempre tenso, lleno de “pelambres” y “cahuines”, era difícil hacerse verdaderas amigas, pero había que integrarse en uno de los grupitos casi antagonistas que existían a riesgo de ser molestada por “la turba”. Me tocó ver a niñas llorar por papelitos anónimos con amenazas que mágicamente aparecían en los estuches, o ver “vacas” para comprarle chocolates a la gordita que con sacrificio y dietas había bajado algunos kilos. Incluso fui testigo sin quererlo de llamadas telefónicas llenas de insultos y garabatos a la casa de otra compañera que tuvo la mala suerte de fijarse en el mismo chiquillo que una de las “matonas populares”. Por supuesto, cero golpes, sólo “violencia sicológica”.
Cualquiera que osara ser distinta, ya sea por matea, bonita, gordita, muy alta, más morena o lo que fuera, era potencial víctima de acosos nacidos de la nada, e indefinidos. Por ejemplo las llamadas a toda hora a la casa de aquella niña duraron fácil 3 ó 4 meses, y los papás se vieron obligados a cambiar el número, a pesar de que al final todos sabíamos quiénes eran las responsables.
Lo triste es que el costo de denunciar estas agresiones es muy alto, ya que al estar de acuerdo los acosadores, cuando los padres, profesores o autoridades del colegio hacen esas siempre superficiales averiguaciones, nadie mata una mosca. Pero apenas “los adultos” desaparecen, el hostigamiento recrudece y con mayor fuerza. Según el portal de La Estrella de Iquique la directora del establecimiento de Pamela había quedado en expulsar a las agresoras, cosa que nunca se llevó a cabo.
Lo triste es que, colgándome de las palabras de Claudia Arroyo respecto al tema, el matonaje o “bullying” ya comenzó a ser estudiado en los ’70 –pudiendo haber comenzado mucho antes- y todavía no hay medidas estandarizadas para evitar o controlar este mal. ¿Hasta cuando irá a verse el hostigamiento escolar como “cosas de niños” y haremos algo al respecto? ¿Acaso hasta que el suicidio de Pamela Pizarro ya no sea un hecho aislado...?
Extraído de http://ratoneando.blogspot.com/
Respecto a las insistentes salidas de madre de las niñas agresoras no tengo más que pensar que: la falta de valores entregados en casa, la falta de caridad, y la maldad pueden habitar en cualquier corazón... ¡que triste!... pero insisto: lo que estas niñas no saben es que en esta vida tarde o temprano nuestros errores nos alcanzan. Ahora siento que debe exitir una sanción del colegio, de la justicia (ya estoy clara que por la edad son inimputables pero a algún tratamiento psiquiatrico podrían someterse... ¿podrá la psiquiatría con eso?)
Por otra parte: la verdad al leer el blog "ratoneando" comenzaron a aclararse mis recuerdos... es verdad, también estuve en un colegio de niñas (hasta 4° medio) y también más que vivir fuí testigo de algunas salidas imbeciles y odios entre casi cursos enteros (con otros) por hombres (en ese tiempo: unos flacuchos impúberes)... odios que no pasaban eso sí de poner apodos que tampoco se decían a la cara, o llamados telefónicos (gracias a Dios mi mamá, por su pega, no quería ni puso teléfono, hubiese servido para que desde la oficina la jorobaran el poco rato que estaba en casa) porque hay que decirlo: la disciplina de las monjas era rígida y casi prusiana, pero... lo peor de lo peor fue ver a apoderadas prestarse para llevar y traer comentarios horribles de alumnas, por eso hasta el día de hoy cuando veo a esas (y otras nuevas que pululan por el mundo) apoderadas cartuchas crisantas y pateras me baja la desconfianza, sé que no se debe generalizar pero mi experiencia NO fue buena, nunca voy a olvidar como estando en 1° medio la apoderada de la niña símbolo de rectitud del curso comenzó a echar a correr el rumor (y la culpo a ella porque en 4° medio se destapó la olla) que la niña más linda del curso, que por esas cosas de la vida fue, es y será una de mis más grandes partners, se había hecho un aborto... y mucha gente de moral intachable puso oídos, sin que la pobre linda se pudiese defender ni enterar... puedo avalar que la mencionada en cuestión, hasta ahora hermosa, era una cabra chica infantil y sana, que no supo hasta muy muy tarde lo que pasaba... a poco andar y producto de mi constante sueño y mi dupla en el desorden (hasta hoy) con otra de mis grandes partner (la Coquito) nos acusaron, también cochinamente y a traición (por la espalda) de consumir marihuana... a nosotras nos dió lo mismo, siempre fuimos rebeldonas pero... a esa edad no la conocíamos ni por dibujito, la verdad el rumor afectó a mi papá, a él le dolió y comenzó entre apoderadas: cual era el problema: LA ENVIDIA, mi amiga linda por muy cabra chica y pajarona que fuera generaba por el puro hecho de ser linda, anticuerpos propios de la envidia mal sana (ninguna es sana en todo caso) y nosotras (yo y Coquito) eramos blanco de esto debido a nuestra popularidad, ese caso raro de aceptación y cariño mutuo entre el dúo y casi casi todo el curso o todo, porque en general teníamos muy buena onda con todas... y como hay gente que le molesta eso o le envidia no poseer esa simpatía de la que en aquel entonces hacíamos gala (los años me han puesto más dura, irónica y sarcástica), había que echarnos barro... agradezco sí el ojo de lince y la disciplina firme de las monjas, que en ese tiempo me lateaba, porque así, siento yo: reprimieron cualquier potencial foco de matonaje escolar... espero que también le hayan puesto un bozal a esas apoderadas come santos y caga diablos, por otro frente, sí sufrí discriminaciones varoniles por no ser bonita (era harto fea... espero haber mejorado jajajaja) y ser muy alta, claro que como los niños a esa edad y de esa época se caracterizaban por ser cobardones: sabiendo de mi carácter fuerte y el hecho que no pescaba a la gente que no me parecía interesante, al que hostigaban por mi falta de facha Miss 17 era a Chino, en su colegio de puros niños (ya sabemos cual es), claro porque él se enrabiaba que tanto y tanto les diera con jorobar o preocuparse del hecho de que no estaba para ganar el Miss Chile y se preocupaba que esto en algún minuto llegara a mis oídos y me afectara... llegó a mis oídos pero como ya venía de antes convencida que no era bonita, fue una mera anécdota... después de todo: la vida ya desde esa época me fue demostrando que la suerte de las feas, las bonitas la desean... sino preguntenme no más.
1 Comments:
Lo de Pamela, sin duda estremecedor. Sé perfectamente lo que es pasarlo pésimo en el colegio, porque siendo matea me llevé mil asedios, aparte de un par de coscachos que intentaran darme. Afortunadamente las profesoras del colegio tenían mano firme para sancionar, aunque no siempre era suficiente.
Lo que me da una ira infinita es que las cabritas de mierda malnacidas que la hostigaron están muertas de la risa en sus casas, aún mandando mails de felicitaciones. Les pegaría unos buenos coscachos a ellas y a sus padres de cartón. (porque está claro que no son padres de verdad) Esa gente está podrida del alma y lo único que merecen es que uno les desee una vida infeliz y una muerte dolorosa.
Aunque ando medio corrida/medio peleada con mi lado religioso, voy a elevar un par de oraciones por la pobre Pamela. Qué más va a hacer uno :(
Me honra que hayas citado mi última publicación. Aprovecho de darte la bienvenida al hormiguero para que comentes cuando quieras ;)
Saludos,
La Hormiga
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