miércoles, julio 15, 2009

Y NOS QUEDAMOS SIN SUBIR A LA TIRANA... LA FIESTA VA IGUAL



Habiendo crecido en una familia sacada de una película de Fellini, en la que la tradición es no tener tradiciones, quizás la única situación tradicional tenía que ver con subir con mi papi a La Tirana cada año hasta que ya adolescente comencé a hacerlo con mis amigas, las motivaciones tenían su poco de dármelas de Indiana Jones pero y aunque cueste creerlo, la más fuerte y central tiene que ver con mi vida espiritual, estoy clara que acercarme a Dios y a la virgen es algo que puedo hacer en todo momento y en cualquier lugar pero mi papá siempre me fomentó la idea que vivir una misa entre tanta gente en la explanada de la iglesia, gente que está feliz y orgullosa demostrando su fe, es algo fuerte donde nos sentimos más cerca del cielo, y aunque se vea empañado por tanto comercio y carrete, ese momento de la misa de la víspera es un momento mágico muy fuerte, no se si es correcto llamarlo así, se siente la fe de la masa de seres humanos como una energía eléctrica, un calor y... es lindo.
Este año y por culpa de la infame influenza “porcina” la fiesta, al igual que ocurrió en el 91 por el cólera, fue trasladada a Iquique, fe es fe de aquí a la quebrada del ají pero... seamos franc@s: el desierto con su calor y frío extremos, la chusca que parte el rostro y la masa humana, le dan una mística especial que Iquique, mi Iquique, con su buen clima y sus comodidades le resta... como sea, mi fe no se basa en haber heredado creencias religiosas, eso sería triste y vacío, mi fe como ustedes saben muy a mi estilo, mi fe tiene que ver no con instituciones ni formalidades, mi fe se ha construido con experiencias de vida en que he sentido como he sido tocada y bendecida, protegida e incluso acogida en momentos en que todo se iba a negro, mi fe tiene no va contra la ciencia porque estoy clara que tal como en la antigüedad creemos que ya está todo dicho y lo sabemos todo, podemos explicarlo y solucionarlo todo... a poco andar y con un análisis ni tan profundo me doy cuenta que, tal como en la antigüedad nos falta mucho por saber, descubrir y entender, si ni siquiera somos capaces de hacer uso de toda nuestra capacidad mental, por eso también mi fe tiene que ver con ser el producto de esta familia que desde más de un siglo atrás se volvió en un matriarcado, tiene que ver con la Pachamama y el tata Inti que gracias a sincretismo religioso que vivieron sabiamente los aymaras (y otros pueblos de Sudamérica con la llegada de los españoles)fueron unidos a la figura protectora de la madre de Jesús y Dios respectivamente, mi fe es así, la siento porque la vida me ha ido mostrando que no estoy errada, por eso, aunque desde acá, se celebrará a la Chinita, nuestra Virgen del Carmen.
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